Cada fin de semana, los barrios de Quito se llenan de vida y energía gracias a las organizaciones que promueven el ejercicio físico y la práctica deportiva. El fútbol barrial, una tradición arraigada en la ciudad, ha permitido la formación de equipos que unen a familias, amigos y vecinos. Estos encuentros deportivos se convierten en fiestas donde la alegría, tristeza e incertidumbre se mezclan en cada partido, reflejando el espíritu comunitario de la ciudad.
Marina Tiscama es un ejemplo vivo de esta pasión. Madre de familia, lleva 25 años jugando en la liga femenina junto a sus hijas, mientras su esposo compite en la liga masculina, todos como parte del equipo “La Victoria”. Para Marina, el fútbol no solo es una pasión, sino también una forma de escape ante el estrés acumulado durante la semana. “El fútbol es una experiencia grande y ahora el compartir con mis hijas y mi esposo es lo maravilloso, me encanta, es mi pasión”, manifiesta emocionada.
Por otro lado, el torneo Campeón de Campeones es el mayor campeonato de fútbol barrial en Quito, donde participan alrededor de 64 equipos. Este torneo no solo representa una oportunidad para la competencia, sino también un incentivo económico para los ganadores, quienes clasifican para jugar en el torneo interparroquial. La competición no solo fomenta la actividad física, sino que también es un motor de identidad y amistad, donde cada equipo lleva con orgullo el nombre de su barrio, creando un fuerte sentido de comunidad y orgullo local.
Además del aspecto deportivo, el fútbol barrial es un motor económico y social. Comerciantes locales como Olga y Marlene encuentran en los días de partido una oportunidad para sustentar a sus familias vendiendo alimentos y bebidas a los asistentes. Figuras como Doña Faby, una hincha incansable que ha viajado para apoyar a su equipo en cada partido, demuestran el entusiasmo y la pasión que este deporte genera. Así, el fútbol barrial en Quito no solo une a los deportistas en el campo, sino también a los espectadores en las gradas, fortaleciendo los lazos comunitarios y creando un ambiente vibrante y emocionante cada fin de semana.
